lunes, 22 de febrero de 2010

Matando al perro

Hace aproximadamente hora y media que he llegado de trabajar y aunque hubiera querido, de verdad, no habría podido actualizar el blog hasta ahora, primero tenía que entrar en calor, y es que si se está acabando el mundo, ha empezado por Inglaterra. 

Llegué a mediados de octubre cuando el inverno, uno de esos que según los lugareños es el peor en los últimos 20 años, sólo se estaba asomando. Desde entonces hasta ahora, mi único medio de transporte (además del público) ha sido una bicicleta, que me lleva desde este "middle of nowhere" en el que vivo hasta la civilización, donde puedo enlazar con algún bus o tren. Ella y yo nos hemos enfrentado a la noche, a la lluvia (que os aseguro que es mucha) al frío, a la nieve y al hielo. La bici me gusta y cada día más, pero al César lo que es del César. 
Este artículo fue lo que me encontré hace unos días en el diario The Guardian, ahora que poco a poco me voy atreviendo con los diarios ingleses. En él, el autor defiende que para fomentar el ciclismo, mucho más que construir carriles bici, y acondicionar la ciudad, lo que hay que hacer es eliminar la publicidad como se hizo, dice, con el alcohol o el tabaco. Y se queda tan ancho. 

Mi opinión: No, no y no; 

Primero porque para favorecer a unos no puedes perjudicar a otros, porque la industria del automóvil da de comer a mucha gente, tanto directa como indirectamente. 

Segundo, porque la eliminación de la publicidad no sólo sería un perjuicio para la industria del automóvil, sino también para la publicitaria, en España, siempre encontramos varias marcas de automoción en el Top de anunciantes, perder su inversión sería perder también muchos puestos de trabajo.

Y tercero: Las ciudades no están pensadas para las bicicletas (ni las conciencias de los conductores tampoco), y menos en Inglaterra, con ciudades más anchas que altas y construidas a varias millas de distancia, los carriles bici no dejan de ser un parche y un atractivo para domingueros, pero efectivos, lo que se dice efectivos, no son. 

Eso sí, después del leer el post, también me quedo con una lectura positiva, y es que, al menos para el autor, la publicidad (todavía) vende.


lunes, 15 de febrero de 2010

Los Insights, Facebook y las historias reales.

Reza un grupo de Facebook Me uní a tantos grupos porque leo el nombre y digo: jaja es verdad!!, un grupo que bien puede resumir lo que hoy quiero contar en este post.

Desde hace un tiempo, antes incluso de querer tratar el tema en el blog, me empecé a plantear la cantidad de insights que podíamos encontrar en Facebook, con la eterna duda de si esos insights se podrían utilizar después para la publicidad, o si por el contrario ya estarían mal vistos por provenir de la red social, si es así. Qué paren la máquinas!!

Imaginen un equipo de 300 millones de creativos proponiendo insights e imaginen luego un equipo de 300 millones de personas pre-testando ese insight, y todo desde casa. La máquina va tan rápido, que pronto habremos acabado totalmente con la reserva de los ya existentes, en su defecto crearemos insights de insights, o insights renovables.

Para los que aún no sepan qué es un insight les diré que es prácticamente lo que dice el grupo de FB, esa canción, ese spot, esa historia, con la que te sientes identificado, esa que “viste y pensaste que era verdad”.

Esas historias, verdaderas, son la base de una publicidad que, acertadamente, pensando en el largo plazo, trata de contar historias reales, historias que acaban estableciendo un verdadero diálogo con el consumidor, ese del que habla Toni Segarra; a pesar de que una de sus historias, lo último para Ikea, me tiene enamorado, hoy les voy a dejar algo menos mediático, la campaña de Pikolín, que al igual que hizo Flex el pasado año con Waira se olvidan de los colchones y se adentran en las historias reales. 

lunes, 8 de febrero de 2010

Cadbury's (sin gorila)

Esta semana todos aquellos que dicen que hago los artículos demasiado largos están de enhorabuena; Seré breve.

Casi escondida, en un mupi abandonado de la estación de trenes de Stoke-on-trent, me sorprendió esta campaña. Una pena. 

Una pena porque me parece una gran campaña, que aúna una gráfica cuidada, una buena campaña táctica, una acción en punto de venta, y una gran acción de responsabilidad social corporativa, todo en menos de metro y medio cuadrado. 

Y además sin utilizar a un Gorila


lunes, 1 de febrero de 2010

Dios salve a la reina !!


Supongo que tratar de comparar la monarquía británica con la ex-neo-reina del pseudo pop español Karmele Marchante, puede resultar de una arrogancia extrema, no obstante, hace poco leía (por fin empecé "Historias de Londres") que el éxito de la institución británica se debe, casi exclusivamente, a su cercanía con el pueblo, y creo, que en ese punto, el artículo sí que resistirá (si no es muy escrupulosa) la comparación.

En cualquier caso, la sociedad española no es la británica, ni mucho menos, y por tanto, nuestra TVE no es la BBC; por mucho que en su día muchos pudieran pensar que sí. Nosotros (en mi opinión, sin rigor científico ninguno) somos más de banalizar cosas aparentemente serias y hemos convertido, ojo que no me parece mal, Eurovisión en una chirigota carnavalera. Como ya demostró el pasado año el personaje de Roberto Chikilicuatre, y la cantidad de imitadores que le han salido este año.

El problema es que para TVE Eurovisión sigue siendo una monarquía inglesa intocable y trata de poner trabas a la chabacanería que, en la mayoría de los casos, nos gusta a los españoles, que somos capaces de poner a fornicar a nuestros príncipes en la portada de El Jueves, y que además esa portada se convierta en una de las más buscadas de Internet.

Quizás el problema no sea ése, quizás el problema es que nos gusta la chabacanería. Y ante eso, poco podemos hacer. De ahí, que cuando se anunció la no emisión de publicidad en TVE, fueron muchos los analistas que escribieron ríos de tinta sobre proyecciones de audiencia una vez eliminada la publicidad, nadie contó con Gran Hermano. 

Me explico. Cuando se hicieron las estimaciones de audiencias, los analistas previeron una subida en el share de la cadena pública (yo lo cuestionaba, y lo hago aún a día de hoy, porque creo que la publicidad es un elemento dinamizador en las Televisiones), era algo sencillo, si durante la publicidad el share de la cadena cae aproximadamente un 30%, y TVE no tiene cortes, es más fácil que sus programas acaben siendo líderes, puesto que no tiene que soportar ese lastre. Durante algún tiempo (sólo llevamos un mes), esto ha sido verdad pero la pasada gala final de Gran Hermano, resultó ser el programa más visto del día. Lo que supongo que habrá tirado por tierra más de algún análisis. 

En mi opinión, con TVE fuera del juego publicitario, debemos buscar nuevas formas de medir y proyectar audiencias y comportamientos del consumidor, aunque siempre puede llegar una  ex-neo-reina del pseudo pop o un GH que te trastoque los planes y las predicciones y haga nuestro de nuestro oficio algo interesante. 

Dios salve a la reina !!